Título de revistagq.com - 14/07/2025 05:00:47

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James Gunn explica por qué Superman es su película más personal …

“Recuerdo que se me metió algo en el ojo mientras rodábamos la escena en que Clark y Lois se besan en el aire", confiesa James Gunn con una sonrisa y su habitual entusiasmo. "Fue mágico. Me vinieron a la cabeza todas las películas que me cautivaron de niño con esa misma magia y, en fin, fue como asistir en persona a uno de esos momentos puramente cinematográficos tan importantes para mí. ¿Qué puedo decir? Me sentí conmovido. Es mi recuerdo favorito de todo el rodaje”. El plano al que hace referencia se ambienta en The Arcade, impresionante estructura victoriana en forma de galería comercial que, como muchas otras localizaciones reales pertenecientes al centro de Cleveland, contribuyen a vincular la Metrópolis de su Superman con la ciudad de Ohio donde unos jovencísimos Joe Shuster y Jerry Siegel imaginaron, allá por 1933, al Hombre del Mañana. ¿Existe acaso un paisaje más apropiado sobre el que refundar toda una mitología? Tras una emocionante obertura en forma de documental –Super/Man: La historia de Christopher Reeve– y un prólogo animado –Creature Commandos (ambas de 2024)– que ya empezaba a poner las piezas en movimiento, Gunn y su socio Peter Safran inauguran una nueva era de dioses y monstruos con un blockbuster que el primero define no solo como la pieza fundacional del DC Universe, sino también como un sorprendente hito en su carrera. “El proceso ha sido muy diferente al de cualquiera de mis otras películas. Para empezar, nunca antes había rodado una película de superhéroes, en realidad. Mucha gente cree que es al revés, que he hecho más pelis de superhéroes que nadie, pero no. Super (2010) trata sobre un loco que se disfraza para pegar palizas a la gente. Los Guardianes de la Galaxia son aventureros espaciales, no superhéroes: no llevan trajes, no tienen superpoderes… O sea, sí: tienen poderes, pero no en el sentido clásico. Y así llegamos hasta El Escuadrón Suicida (2021), donde los protagonistas eran villanos y antihéroes. Así que Superman es mi primera película de superhéroes. Lo cual significa que necesité reorientarme como narrador incluso antes de empezar a imaginar el proyecto, porque hay muchas diferencias que debes tener en cuenta si quieres lograr que algo así funcione. Fue un reto, pero precisamente eso lo volvió más divertido”. Según nos explica en el interior de un lujoso hotel londinense unos pocos días antes de compartir su visión con el mundo, lo que más le costó fue encontrar un punto de vista, un ángulo desde el que abordar a un personaje que significaba muchísimo para él, pero en cuyo camino no esperaba cruzarse. “De modo que viajé hasta la esencia”, recuerda Gunn. "Hasta los temas que forman parte de su más pura esencia: dualidad, familia, herencia. Por eso su título original era Superman: Legacy, aunque ni siquiera yo mismo estaba seguro de ello y, bueno, lo acabé acortando hasta quedarme con lo primordial, algo que a todo el mundo le pareció bien. ”Oh, claro: ¡córtalo!" (risas). Porque la película en sí ya trata sobre el legado del personaje, sobre quién es Superman. ¿Es kryptoniano? ¿Es humano? ¿De dónde viene y hacia dónde va? De alguna manera, habla sobre cómo nos definimos a nosotros mismos, pues Superman no es el único que debe hacerse estas preguntas con respecto a aquellos que vinieron antes que él". No tardaría en descubrir que ese, tirando de ese hilo, podría llegar hasta conclusiones que le obligaran replantearse ciertos pilares aparentemente intocables del mito. En lugar de asustarse por el qué dirán, James Gunn decidió proseguir: "Soy un gran fan de Superman, así que mi prioridad número uno durante todo el proceso fue tratar de mantenerme fiel a cualquier cosa que, en mi opinión, resultase absolutamente esencial para el personaje. Pero si algo no lo era, pensé que podía imaginar un modo diferente de tratarlo para, bueno, añadir un elemento de sorpresa a la película. De ahí surge la subtrama con Jor-El y Lara, sus padres biológicos, que acaba siendo fundamental”. Creerás que un hombre puede sangrar Una vez resuelto ese dilema, el siguiente gran desafío era dar con el comienzo perfecto: una secuencia capaz de sintetizar, en el menor tiempo posible, el espíritu de esta nueva versión sin recurrir al diálogo expositivo ni a las convenciones propias de una historia de orígenes (algo que, en su opinión, el espectador actual no necesita en absoluto, mucho menos tratándose de un icono tan popular como Superman). De ahí que el texto introductorio se limite listar unos cuantos sucesos trascendentales para el Universo DC, todos ellos con un mismo nexo de unión: el número tres. “Confieso que tengo una obsesión muy particular con… No sé muy bien cómo describirla, pero supongo que tiene que ver con los números", nos aclara. "Se acaba filtrando en casi todo lo que escribo, si bien no creo que el 3 sea especialmente importante para esta película. Diría que está ahí, en ese texto inicial, sobre todo por la musicalidad que se obtiene con su repetición”. “La idea", prosigue, "era arrancar en un lugar donde no hubiéramos estado antes. Hemos visto a Superman sufrir en la gran pantalla, sí, ¡pero nunca de este modo! Sangre saliendo de su boca, moratones, dificultad para respirar… Con una solo imagen ya entiendes que este es un Superman más vulnerable, un héroe falible y en peligro, nada que ver con ese Hombre de Acero que todos tenemos en la cabeza. Por otro lado, ¿quién acude volando a rescatarlo? Su perro kryptoniano. Es una forma de transmitirle al público, a través de pequeñas pinceladas, que esta peli de Superman no la habían visto antes”. Otro de los elementos básicos que están presentes desde el principio es, por supuesto, la música. ¿Cómo demonios se enfrentaron él y sus compositores, John Murphy y David Fleming, a la insoslayable ansiedad de la influencia que John Williams proyecta sobre toda super-banda sonora escrita después de 1978? La respuesta es sencilla: honra el pasado, respeta la tradición y dale al público las notas que quiere escuchar, pero a tu manera. “Según mis estimaciones, el 90% son composiciones originales de Dave y John, mientras que el 10% restante es obra de John Williams. Dicho esto, se trata de un 10% muy importante. Todo el mundo sabe que el tema que él compuso para la película de Richard Donner es sencillamente el tema de Superman: cuando lo escuchamos, pensamos inmediatamente en Superman. Pero lo interesante es que también ocurre lo contrario (risas). ¡Cualquier persona en este planeta tiene esa misma reacción! Por tanto, decidimos utilizar esa fortaleza inherente a una canción que nos facilitaba muchísimo el acceso el personaje, aunque al mismo tiempo nos lo pasamos muy bien deconstruyéndolo y reconstruyéndolo en diferentes sus diferentes partes. Estoy en deuda con estos dos tíos, me sentí muy afortunado al comprobar que su ego no era tan grande como para que me respondiesen: ‘No, ¡queremos hacerlo todo nosotros!’". El estilo visual de la película también está repleto de homenajes y referencias a muchos de los creadores que han ido acompañando al personaje durante décadas. En ocasiones, da la sensación de estar viendo una traslación directa del All-Star Superman de Grant Morrison y Frank Quitely; en otras, es como su un corto perdido de los Estudios Fleischer hubiese sido rescatado por una raza alienígena con la tecnología necesaria para traducirlo a imagen real sin que nada relevante se pierda por el camino. “¡Amo los dibujos animados de los Fleischer!", exclama Gunn. "Fueron una influencia enorme, así como la serie de animación de los años noventa. Si me preguntas, creo que todas estas adaptaciones animadas jugaron un papel tan crucial en mi proceso creativo como las de imagen real, quizá incluso más. Eso sí: mi principal inspiración fueron los cómics. Cada vez que tenía una duda de cualquier tipo, acudía a ellos para intentar solucionarla”. La chica, el malo y la Banda de la Justicia Ninguna película de Superman que se precie puede prescindir de dos puntos de apoyo tan sustanciales como Lois Lane, reportera del Daily Planet, y Lex Luthor, tecno-empresario para quien el héroe representa una amenaza existencial. Gunn reconoce que no estuvo convencido de que David Corenswet era su hombre hasta que contempló su química en pantalla con Rachel Brosnahan, si bien su Lois nunca fue simplemente la novia del héroe. Tal como él dice, “desde el momento en que empecé a escribirla, quise dejar muy claro que se trataba de una genuina periodista, alguien en busca de la verdad. Un personaje asertivo y poderoso que, si la ocasión se presentaba, pudiese arrinconar verbalmente a Superman, ponerlo contra las cuerdas armada solo con unas cuantas preguntas. Tenía la sensación de que eso era algo que no habíamos visto antes, o al menos no de un modo tan intensivo como en la larga entrevista que ella le hace a él en nuestra película. Al mismo tiempo, tuve muy presente que, como seguramente sabrás, el periodismo está siendo atacado en el mundo real, luego quería que ella representase lo mejor de su profesión. Me hace mucha ilusión pensar que nuestra Lois podría acabar inspirando algún niño o niña a punto de descubrir su vocación”. En cuanto al Luthor de Nicholas Hoult, "nada funcionaría si el espectador no lo entendía. No se trata de empatizar o sentir ninguna especie de identificación con él, sino de comprender por lo que está pasando: sigue siendo un hijo de perra, claro, pero tiene sus motivos. Lo último que quería era uno de esos villanos que se limitan a retorcerse los bigotes mientras trata de destruir a Superman porque sí, porque se supone que eso es lo que debe hacer, sin ninguna intención significativa detrás. Tal como yo lo voy, es un tipo que llegó a ser la persona más inteligente y relevante del mundo. Ha hecho un montón de cosas en favor a la humanidad, hasta el punto de que se las ingenió para sobresalir por encima de los superhéroes y metahumanos que lo rodeaban. Hasta con ellos en la ecuación, Lex era considerado el más grande. Hasta que llega Superman. Hasta que, de repente, este tío se presenta en sociedad hace tres años con los calzoncillos por encima de los pantalones y esa sonrisita de superioridad… Lex no lleva bien que todo el planeta lo mire como antes lo miraba a él, no lleva nada bien quedar segundo. Para mí, esa envidia era clave: el convencimiento de haber sido reemplazado por alguien que nunca ha trabajado duro para llegar donde está. Lex transforma ese sentimiento, lo racionaliza hasta dar con algo así como una misión espiritual en la que destruir a Superman representa la única manera de salvar el universo”. El Guy Gardner interpretado por Nathan Fillion tiene otra opinión sobre quién, o quiénes, son los únicos que pueden salvarnos a todos. Gunn los utiliza a él, a Hawkgirl (Isabela Merced) y a Mister Terrific (Edi Gathegi) como alternativa corporativa al heroísmo altruista de Superman, aunque existe la sospecha de que esta Banda de la Justicia sea simplemente el germen de algo mucho mayor… ¿Tuvo Gunn en mente siempre a estos tres miembros fundadores, o la equipación fue cambiando a medida que desarrollaba el guion? “Es probable que tuviese en cuenta a otros posibles miembros en un momento dado”, concede, "aunque a decir verdad no lo recuerdo bien… El hecho es que amo a estos tres personajes, luego creo que contar con ellos para la película fue una decisión bastante sencilla. Y después estaba la oportunidad de hacer que mi amigo Nathan llevase un corte de pelo realmente espantoso, lo cual fue la guinda en el pastel”. Como también lo es ese cameo final de Milly Alcock como prima borracha, un pequeño avance de todo lo que aún está por llegar en el DC Universe. “Estoy muy emocionado con Supergirl", anuncia James Gunn, "va a ser genial. Nuestra regla de oro consiste en esperar a tener el guion adecuado antes de empezar a rodar, y me encanta el que Ana Nogueira ha escrito para este personaje. Lo mejor de Craig Gillespie es que era uno de mis directores favoritos antes de este proyecto: Lars y una chica de verdad (2007), Golpe a Wall Street (2023)… Me encantan todas sus películas. Hemos tenido mucha suerte de que Supergirl sea nuestra segunda película, sobre todo cuando tienes en cuenta la cantidad de personas maravillosas que han trabajado en ella”. ¿Hay más indicios sobre el futuro repartidos por la película? Sabemos que Superman no es el primero de su especie y que, de hecho, los metahumanos llevan entre nosotros desde hace tres siglos, pero… ¿quiénes fueron esos pioneros? “Te daré una pista", sonríe el co-director ejecutivo de la franquicia, sintiéndose generoso. Papel y boli: "Dado que el Salón de la Justicia que vemos en los cómics y las series de televisión estaba basado en la Cincinnati Union Terminal, una estación de tren real, decidimos ir hasta allí para rodar esas escenas. Y en su interior hay unos murales donde se cuenta la historia de Cincinnati: puedes ver a los granjeros, obreros, herreros y demás personas que unieron sus fuerzas en el pasado para construir esta gran ciudad. Lo que hicimos fue reemplazar ese mural con otro que contase la historia de los metahumanos en el Universo DC. Es decir, que hay un montón de easter eggs contenidos en de esa escena para todo el que quiera entretenerse con ellos”. El verdadero punk rock Pese a su insistencia a rodar en escenarios reales como Cincinnati o Cleveland, James Gunn reconoce haber encontrado un loophole para hablar de nuestro presente, y del papel que un Superman podría jugar en él, en clave metafórica: "Es una de las cosas que más me gustan de DC, en realidad. Marvel también tiene algunos territorios imaginarios, pero la mayoría de las cosas suceden en Nueva York o Chicago: es nuestro mundo, solo que con superhéroes dejándose caer por ahí. En cambio, el Universo DC de los cómics es un universo diferente. En nuestra versión, ni siquiera existe una Nueva York o una Chicago. Tampoco esperes ver Los Ángeles: esto va sobre Gotham City y Metrópolis. Me gusta la idea de crear un planeta ficticio que sea un reflejo del nuestro, tan similar y tan diferente al mismo tiempo. Esa capacidad para construir todo un mundo resulta también bastante liberadora, en el sentido de que es mucho más sencillo destruir, por ejemplo, Central City que hacer lo mismo con Seattle…”. En cualquier caso, la destrucción que un megalómano sin escrúpulos como Luthor provoca tanto en Metrópolis como en la franja de Jarhanpur ocupada por Boravia se nota (y duele) de verdad. “Es una película emocional", se defiende el cineasta, "eso desde luego. Siento que estos personajes tienen emociones y que a nosotros no nos asusta mostrar esas emociones en pantalla, pero no entiendo por qué hay gente diciendo: ‘Oh, este Superman es demasiado hipersensible…’. No sé, a mí no me lo parece. En mi opinión, está atravesando un periodo vital increíblemente difícil para él, así que puede que pierda los nervios un poco más de la cuenta debido a ello. Por ejemplo, yo no me considero una persona extremadamente emocional, pero si se me vinieran encima todas las crisis que Superman debe afrontar aquí al mismo tiempo… Bueno, seguramente la gente también diría que parezco demasiado hipersensible (risas). Las apuestas están demasiado altas, pero al mismo tiempo estás tratando con un personaje que siempre ha sido muy transparente en cuanto a sus emociones". Esta parece una película muy personal para él. ¿Cree que podría haberla hecho hace diez, cinco o incluso tres años? Gunn es categórico al respecto: “No, imposible. Imposible. O sea, me lo ofrecieron en 2018, pero mi respuesta fue que no sabía lo que hacer con Superman. ¡Y era verdad! Por aquel entonces era verdad. Creo que necesitaba haber vivido todo lo que he vivido durante los últimos años para poder enfrentarme a esta película. No solo a nivel personal, sino también profesional: me siento mucho más confiado como guionista y director desde El Escuadrón Suicida en adelante. He necesitado todo eso para poder hacer esta película”. Y es una película cien por cien libre de cinismo, lo cual es bastante arriesgado en este día y hora. Su mensaje se verbaliza en una línea de diálogo donde se sugiere que, quizá, ahora mismo, con la crueldad como valor cada vez más en alza, no existe nada más punk rock que preocuparse por los demás. “No creo que lo haya", reflexiona James Gunn. "O sea, para mí ese es el quid de la cuestión, y una de las razones por las que me di cuenta de que este proyecto y este personaje me estaban hablando a un nivel íntimo. Siempre he tenido la sensación que me gustaba ir a contracorriente… Ya sabes, presentarme a mí mismo como un provocador o un rebelde. Y creo que por eso vi algo en Superman, algo que me ayudó a entender que, en realidad, la bondad es, hoy en día, en acto de rebeldía definitivo. Por desgracia, he de añadir. Ojalá ese no fuera el caso, pero lo es. Lo que nuestra cultura popular contemporánea aplaude no es precisamente la bondad, sino todo lo contrario: mezquindad e ironía. Y, como te digo, desearía que no fuera así”.

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